Nada hay
que fuera de ti, pueda dañarte o cambiar tu historia.
Nada hay
que esté fuera de ti que cambie tu forma de ser, tu naturaleza, tu carácter.
Nada hay que pueda contaminarte.
No esperes
mucho de tu entorno.
No esperes
mucho de lo que tiene apariencia de importante.
No creas
que algo externo a ti podría modificar tu vida o cambiar el diseño que se
construyó contigo desde siempre.
Déjame
decirte que es tu propia construcción.
Si pones
toda tu confianza en alguien, puede que resista meses o años. Pero esa
confianza se derrumbará o te mantendrá siempre en lo mismo. Algo así como dejar
detenido el tiempo.
No incidirá
en tus progresos internos, en tus aspiraciones.
Y estamos
acá para crecer.
Si pones tu
expectativa en algo que no tienes, la gente dice muy bien que eso se trata de “castillos
en el aire.”
Los
castillos en el aire no te ayudarán en tu felicidad.
No pueden.
No hay
ningún súper héroe que pueda venir a ti, porque ellos no existen.
Si pones
las expectativas en lo que no tienes, en el premio de la lotería por ejemplo.
Eso es algo
inexistente, que sólo te acarrea sueños frustrados o el vivir en una espera
inútil.
Si pones tu
confianza en la religión, no será más que tu propia actitud esperando
respuestas que no tendrás.
Si pones tu
confianza en Dios, no obtendrás mucho. Sólo será parte de la misma ilusión que tú
te forjas.
Porque Dios
no responderá tus dudas y no solucionará lo que deseas.
La religión,
cualquiera que sea, como todo lo justifica, cambiará tus planes.
Y te dirá
que lo que tienes es lo mejor para ti.
Lamento
decirte esto.
Y si algo no
va en tu favor o contra ti, te dirá que eso es lo que te conviene vivir.
Si pones tu
confianza en la reflexión o en la meditación sólo te reportará respuestas inexistentes
y te trasladará a planos que no son reales.
Te expondrá
que la luz viene y va por tus energías y quitará de ti el foco de lo que
deseas.
Te dirá que
debes tener el alma blanca.
Es el
concepto terreno de lo bueno y lo malo, el ser debe tener méritos para merecer
el cielo, para merecer la luz, para merecer las respuestas.
Es verdad
pero en esta dimensión aún no somos seres luminosos.
Te llevará
a regresiones que terminaran por envolverte en tu propio ser.
Si
encuentras un amigo, sólo compartirá contigo momentos de la vida y será a tu
juicio lo mejor, alguien que está junto a ti en la adversidad o en el éxito.
La familia
o el trabajo o cualquier causa noble, puede que te reporten satisfacciones pero
no son la existencialidad completa.
Si crees
que la justicia, la política y la equidad es lo que te ayudará en tu búsqueda,
sólo debes contemplar la historia humana.
No hay nada
externo que modifique tu historia y tu biografía. No hay respuestas.
La
verdadera respuesta está dentro de ti.
La
verdadera confianza está en tu interior.
La
verdadera expectativa eres tú.
La
incidencia mayor en tu vida, eres tu mismo.
Tú y sólo tú
sabes lo que ocurre en los laberintos de tus pensamientos y sentimientos.
Tú y sólo
tú sabes lo que te provoca la dicha o la decepción.
Tú y sólo
tú sabes lo que de verdad esperas de la existencia.
No hace
falta que cambies o acomodes tus proyectos y tus planes.
No hace
falta que renuncies a tus sueños, anhelos y aspiraciones.
No hace
falta que te destruya el miedo, el temor a lo incierto y los días del futuro.
Nada es
estable, porque la vida es frágil y el hombre es vulnerable a este mundo.
No tiene
lógica ni sabiduría adentrarse a las aguas caudalosas sin ni siquiera saber
nadar.
No tiene
razón de ser, intentar volar si no tienes alas como las aves.
Tus sueños
por tanto son realizables en la medida que tu mente los conciba. Es diferente
un sabio de un necio a la hora de entender esto.
Lo peor que
podría pasarte, es que esperando intervenciones mágicas o divinas caigas en la
profunda decepción de la vida, el sin sentido de vivir.
Y las
decepciones son emociones alteradas, expectativas incumplidas, por lo tanto ya
sabes que debes hacer:
Controla tu
mente y tus pensamientos porque dentro de ti tienes ese poder, es algo así como
sacar todo lo viejo o lo inservible de un antiguo baúl y dejar allí sólo los
tesoros más preciados de tu historia.
Entonces
podrás construir al principio pequeñas cosas con tu mente.
Omitir una
lágrima, controlar el respiro del aire puro de la mañana, hablar con las estrellas,
hablar contigo en la paz, caminar con paso seguro, dejar atrás los temores y no
aceptar nada malo en torno a ti.
Una
rebeldía sana es la de oponerse tenazmente a lo que te hace daño, a las
personas que te dañan y a las situaciones que te dañan.
Si alguno
te dice que te conviene sufrir y que esa es la ley de la vida. No lo aceptes.
Porque si concibes
un paisaje, sin duda lo puedes tener.
Si concibes
la paz y la armonía, sin duda la puedes tener.
Si percibes
el equilibrio y el conocimiento, puedes acudir a ellos.
Todos te
llevarán a ti mismo.
La
filosofía te llevará a ti mismo.
La
meditación te llevará a ti mismo.
La fe te
llevará a ti mismo.
La justicia
te llevará a ti mismo.
El Mesías y
el profeta te llevarán a ti mismo.
La creación
te llevará a ti mismo.
Porque todo
está dentro de ti.
Mira la
semilla de la planta que se abre paso lentamente en la tierra cuya masa por
mucho es superior a ella. Buscando la luz y la vida rompe la corteza que la
cubre y emerge un brote muy pequeño, pero resiste. La pequeña semilla expandió
toda su energía. La energía provenía de la semilla, y pudo salir a la luz.
Tu propia
energía es más potente que cualquier semilla y podrías también abrirte paso
entre terrenos escabrosos.
Es dentro
de ti de donde fluye la energía.
Gracias Lorena
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