11/6/14

UN SISTEMA DE VIDA PERVERSO E INJUSTO




Espero sinceramente que no se desvirtúe este pequeño artículo.
Está inspirado en  las personas normales que mayoritariamente viven en nuestro país.
Debe entenderse por personas normales, aquellos habitantes hombres, mujeres y jóvenes que cada día salen a trabajar o  a estudiar y que se enfrentan a los problemas diarios frente a  la necesidad de subsistir de una forma digna.
Cada día y de una manera casi normal, todos nosotros estamos expuestos a injusticias, arbitriaridades  menoscabos y humillaciones.
El problema es que estas transgresiones emanan de nuestra misma sociedad.
Son situaciones tan sutiles y cotidianas que las tomamos con toda la naturalidad, somos parte de un modelo de sociedad y de un sistema de vida que nos viene dado desde siempre y que pareciera que no merece crítica.
Un día cualquiera y no es una exageración, tendrás que pagar por entrar a tu hogar  y como este sistema de vida, este modelo de economía nos abruma, lo harás sin reaccionar y será una situación más de esta  normalidad en que te has acostumbrado a vivir.
El pretexto podría ser perfectamente la seguridad y la privacidad familiar
Se instalará un servicio privado a la entrada de tu barrio, implementarán una tecnología de cobranzas y ya.
Un día, se te dirá que el oxígeno del país está en riesgo y que se debe crear  un fondo de protección del medio ambiente y deberás pagar por respirar o por utilizar cierta cantidad de oxígeno para ti y para tu familia.
El sistema te lo exige y así lo harás.
Lo escribo como paradigma.
Porque no tienes capacidad de reacción frente a lo que es nuestro modelo de sociedad.
Y porque además todo viene protegido con una normativa legal.
Hace algunos años. El sistema dijo:


Para usar el transporte público se utilizará una tarjeta.
Y se implementó una tarjeta con cargo a cada usuario de la locomoción colectiva.
Una imposición que no respetó ni condiciones sociales, ni situación socio económico o cultural. Era una exigencia de la modernidad.
Y de este modo es como hoy convivimos con la ciudad.
Como argumento del progreso y la modernidad se instalaron las redes privadas que hacen funcionar este servicio y surgieron nuevas formas de lucrar a costa de la gente normal.
Detrás de todo está en primer lugar el dinero, luego la modernidad y por último los consumidores. La calidad del sistema no está en la evaluación.
Es obvio dictar que los que imponían el sistema no utilizaban el trasporte público e ignoraban que cada día había gente muy pobre que viajaba tan sólo con una moneda.
La imposición era implacable. Como todas las que se generan casi a diario sin consultar  a nadie.
Se consulta a las entidades privadas que harán funcionar el sistema y los legisladores que adecuaran legal y jurídicamente cada medida.
De este modo se impuso las ISAPRES y las AFP.  El que haya democracia, frente a esto, en realidad da lo mismo.
Los sistemas de vialidad  que indudablemente son responsabilidad del estado, hoy están en las manos privadas, sin atenuantes, sin consultas.
Un día cualquiera a alguien se le ocurrió la feliz idea de concesionar  las carreteras y ya. Excelente, lo haremos.
Y hoy tienes que pagar por un derecho, el derecho a transitar libremente por los caminos y carreteras de Chile. ¡Ay de ti si no lo haces!
El peso de la legalidad para proteger el sistema cae sobre ti con gran fuerza, casi cruelmente porque la deuda acumulada se redobla (así era en sus orígenes)
En menos de un año se impuso el modelo y la gente los más pudientes hasta lo alabaron y dijeron:
Es justo, si necesito un buen servicio debo pagar por el.
El Gobierno y los artífices de tan extraordinario proyecto pensaron estrechamente que todos los que tenían vehículo, tendrían por lo tanto la capacidad de pagar por transitar por esas vías y tan simple como eso, Chile entra a la modernidad vial.
El sistema no consideró las desigualdades económicas de  los particulares, a los pequeños comerciantes, a los estudiantes, a los obreros, a los profesores que tenían escasos recursos.
No. El argumento fue: si tienes “plata” para auto, tendrás para pagar por un sistema de tags.
Es así como hoy se debe pagar por transitar por determinadas carreteras que coincidentemente atraviesan la ciudad de punta a punta.
Y el proyecto era más perverso aún, instaló los pórticos precisamente donde nadie tuviera la opción de evitarlos.
Desde niños se nos dijo que la vivienda, la salud, la educación son derechos de los ciudadanos que nacen iguales ante la ley.
Pero curiosamente hay que pagar por estos derechos, y hay que pagar cifras de escándalo para la gente mas pobre.
La paradoja es muy evidente: Hay los barrios para la clase alta y barrios para la clase baja, hay sistemas de salud para ricos y pobres, hay educación para niños cuyas familias son de altos ingresos y otra educación para los niños pobres.
Todo es un derecho, pero si quieres una buena educación olvida eso y paga.
Tienes derecho, pero si quieres que se te atienda con dignidad y con sistemas clínicos modernos, debes pagar por eso.
Y nuestro país, todos los ciudadanos nos hemos acostumbrado a esta forma de vivir.
El modelo dicta normas que jamás beneficiarán a los más pobres y deben ser aceptadas so pena de multas o de cárcel.
Si no aceptas como esto esta diseñado, tu vida se convertirá en un infierno, porque las deudas que irás acumulando se incrementaran día a día y todo el sistema esta coludido.
La gente más pobre vive en un círculo de vulnerabilidad del cual es casi imposible salir.
El modelo económico está protegido por la legalidad y tiene de su parte todos los fundamentos jurídicos.
Los dramas de la gente pobre son inimaginables para los que tienen poder.
Que acudan a tu vivienda a requisar tus bienes es algo traumático, pero la ley pensada en los poderosos no te protege.
 Los legisladores elegidos por el pueblo caen de rodillas ante el sistema y trabajan cada día por el.
Se perfeccionan las  leyes y se dictan otras que no hacen otra cosa más que blindar cada acción que el sistema y el modelo socio economito quiera implementar.
La comunidad no reacciona. No tiene  como hacerlo.
Y la ley ha ido acorralando a las personas normales de este país, le ha quitado los espacios, el  escaso poder adquisitivo que pudieran  tener es solamente para pagar las deudas del mes.
Cuando las mujeres del movimiento ANDA CHILE, se manifiestan son perseguidas por la represión y todos los medios de comunicación que en un mismo tono expresan que esa no es la manera de hacerse escuchar.
Cuando el pueblo mapuche levanta su débil voz, se les tilda de terroristas y se acaba el problema porque esta palabra inventada por los EEUU para justificar sus crímenes, parece tener un poder especial cuando se maneja por los medios de comunicación.
Y la lógica de los poderosos es esta: los mapuches son terroristas. Son un peligro para la sociedad. Hay que aplicarles la ley.
Y la ley como siempre está de parte de un sistema perverso.
Si miras tu accionar de cada día, verás que tus derechos, los pocos que tienes siempre están amenazados, que este sistema acorrala a los más desposeídos y que toda ley que se dicte está ya financiada por la clase media, por la gente modesta.
Debes pagar por todo lo que imaginas.
Luz, agua, basura, estacionamientos, gas, correos, servicios, permisos, nacimientos, muertes, certificados etc.
Si existe algo por lo no pagas, debes preocuparte ya vendrá una ley que te quitará ese derecho.
Eso ya es muy injusto.
No es fácil cambiar esta perversión del sistema, menos aún si favorece a gente de dinero  que se siente muy cómoda con el, no es fácil quitarle espacios a la banca privada a las compañías multinacionales a las entidades de servicios comerciales.
Hemos construido con una buena dosis de vergüenza este modelo social y económico y no existe ningún político que intente cambiarlo.
Eso sería un vuelco inmenso a nuestra manoseada cultura y nuestra idiosincrasia criolla tan sumisa y tan arribista.
Todos se moverán dentro de la legalidad protectora de este sistema.
La política, los medios de comunicación, la policía y la justicia.
Afortunadamente hace apenas un par de años, los estudiantes levantaron la voz, no una vez;  sino que muchas veces y consiguieron que al menos se conversara sobre las desigualdades en el sistema  educativo.
 Era lo menos que se podía hacer.
Vendrá un pequeño barniz, pero para cambiar las estructuras educativas hay que modificar el sistema y el modelo, por el momento es algo muy pretencioso.
Los poderes económicos y privados acudirán a la legalidad que les protege.



3 comentarios:

  1. Una gran verdad don Mario . que perfecto si esto fuera publicado en un periódico o revista para que muchas cabecitas tomaran conciencia de esta realidad ,porque veo a este país enajenado en la tele viendo telenovelas farándulas futbol y noticias intrascendente . que pena que mucho de lo que usted escribe muchos se lo pierden . pero bueno éxito. (B.R.A)

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  2. Muchas gracias por su visita.
    Es verdad, el blog tiene un objetivo.
    Que nos ayude a pensar sobre nuestra historia y nuestro entorno.
    Le saluda

    Mario Monasterio Calderón

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