14/1/11

NAVIDAD

Navidad no es depresión ni angustia. Es la navidad y el planeta de contagia de la efluvia de un espíritu nuevo que nos llega en forma universal.
Esto de :"sonrie es navidad", es una grandísima verdad.
La navidad ya existía antes del nacimiento de Jesús, sin embargo es el acontecimiento del nacimiento del Mesías, cualquiera sea tu idea de ello.
Obviamente que Jesús no nació el día 25 de diciembre.
La fiesta ya existía.
Poco importa si alguien inventó esta historia y el mundo la hizo suya, si así fuera, es una historia bellísima, llena de contenido y ternura.
A nadie se le hubiese ocurrido que el hijo de Dios, el Mesías, el ungido, tendría que nacer en la soledad de la noche en un establo, en un pesebre de Belén.
Piensa en el barrio más despreciable que exista. Eso era Belén en la época del Rey Herodes.
Piensa en el último lugar del mundo, donde una mujer tuviera que dar a luz, eso es un establo.
Un establo tiene aroma de animales, quienes han vivido en el campo , pueden reconocer ese olor, es una mezcla de hierba húmeda, guano y cueros.
En la tierra de Belén , sitio despreciable, pues nada bueno podría venir de allí, no hubo lugar para María y José. No hubo sitio, todo estaba copado.
Por esta razón, a pocas horas de su alumbramiento, debieron refugiarse en el establo, un establo abandonado, algo así como la gente que duerme tirada en los rincones de los caminos, en los puentes o en la ciudades, sin que nadie capte lo que se está viviendo.
El Mesías nació ahí.
Esto es la navidad. El espiritu ya estaba presente.
Y este espíritu se prolongó de generación en generación, porque en efecto, esa noche de Belén la conjunción cósmica ordenó de tal manera el equilibrio de los astros y los planetas, que la palabra paz se dejó sentir en todo el firmamento.
Imagina que el inteso temporal que sufre Europa, con temperaturas bajísimas, pronto cese y dé paso a la más absoluta calma, a la más suave brisa y a la más intensa luminosidad, donde el hombre queda perplejo mirando el cosmos, el cielo y su belleza
Algo así ocurrió la noche de Belén pero con mucha más trascendencia de lo que te pueda explicar.
Y este espiritu, este soplo divino, esta presencia de la divinidad, fue percibido por todo el orbe y recordado por largo tiempo.
Y las música celestial que escucharon los pastores no fue sólo para ellos. La música de los ángeles se dejó sentir sobre la humanidad y sobre la creación, por todo el universo.
Imagina el más hermoso concierto que hayas escuchado. Pues amplíficalo y trasladalo a los cielos.
Esto era sublime a los oídos de la gente en la mitad de la noche.
¿Qué es esto que nos cautiva?
Infinidad de voces e instrumentos melodiosos que impregnaron los oídos de todas las criaturas.
En ese tiempo de navidad, no hubo violencia ni agresividad, no hubo odio ni rencores, el mundo quedó paralizado, estupefacto por lo que vivía y todos se empaparon de este espíritu.
La luz y la energía venía de un pesebre, de un niño.
Por eso, de generación en generación se fue trasmitiendo este espíritu, lo más cercano a la perfección del hombre.
Y este es el espíritu que inunda la tierra.
Todo está algo desfigurado con los siglos ,mayor aún, con nuestra sociedad actual.
Sin embargo este espíritu nos cubre.
Es un tiempo de paz, una noche de paz.
Aún quien esté deprimido, se deja contagiar de esta noche, porque en la esencia se cumple y se cumplirá siempre el mensaje de los ángeles:
"Les traigo una buena noticia, que llenará de alegría a todo el pueblo.Hoy en Belén les ha nacido el salvador, el Mesías prometido. Estas son las señales para encontrarlo, un niño envuelto en pañales y recostado sobre un pesebre"
Es navidad y todo adquiere el color de la belleza y el perfume de la caridad.
Es navidad y todo se transforma en ternura.porque la referencia es un niño, el buen deseo de la paz.
Es navidad, el regalo viene de lo alto.
Abre tus manos y recibe este regalo.
La efluvia del espíritu de Dios desciende como perfume suave sobre cada hombre y su corazón se comprime de la paz. Es la extraña sensación de la vida.
Es el amor de Dios inscrito en los corazones.
Es la navidad que viene con el poder de que un niño concite las voluntades.
El canto de la paz sube hacia las alturas:
Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.

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